Dra. Guadalupe Estrada: Experta mexicana en programación fetal pone énfasis en el rol del exposoma para revertir la obesidad infantil en Latinoamérica
- Si bien la genética por mucho tiempo dio las respuestas a la expresión futura de ciertas patologías prevalentes en los niños y niñas, la Dra. Guadalupe Estrada, invitada internacional del Departamento de Obstetricia de la Escuela de Medicina de la Pontificia Universidad Católica, asegura que los factores externos -denominados en su conjunto exposoma perinatal-, sean sociales, económicos, educacionales y medioambientales, son los responsables, por medio de la epigenética, de expresar o bien revertir esta tendencia genética e incidir directamente en los factores de riesgo para la obesidad infantil.
Por Andrea Riquelme, periodista Revista In Vitro
El Departamento de Obstetricia de la Pontificia Universidad Católica de Chile, realizó recientemente el seminario extraordinario “OBESO Cohorte Perinatal, plataforma para el estudio de la programación fetal”, dictado por la Dra. Guadalupe Estrada, investigadora senior del Instituto Nacional de Perinatología (INPer) de México, con amplia trayectoria en el estudio del Origen en el Desarrollo de la Salud y la Enfermedad (DOHaD), Los Primeros 1000 Días, Exposoma Durante el Embarazo, Parto Pretérmino y Preeclampsia.
La Dra. Estrada se reunió con docentes, doctorantes e investigadores con estudios en común, para explorar instancias de colaboración académica. La Dra. Estrada tuvo hace algunos meses un primer acercamiento en México con el Dr. Luis Sobrevía, académico de la División de Ginecología y Obstetricia de la Escuela de Medicina UC, quien visitó el laboratorio del INPer y juntos identificaron áreas comunes de interés como obesidad y diabetes gestacional. Estos puntos de convergencia han dado fruto a una serie de intercambios y estudios conjuntos.
La Cohorte Perinatal OBESO es un estudio que la Dra. Estrada ha liderado desde 2017 en madres seguidas desde su primer trimestre de gestación y sus hijos e hijas, hasta los dos años. La investigación ha permitido no solamente estudiar la correlación de obesidad en el embarazo y la obesidad en recién nacidos desde los 3 meses, sino también los factores asociados a este rasgo tan prevalente en la población chilena, mexicana y de varios otros países latinoamericanos. La investigación además de analizar biomarcadores como azúcar en sangre, evalúa diferentes marcadores metabólicos en el tejido adiposo de la madre y en el cordón umbilical.
“La programación fetal estudia el origen en el desarrollo de la salud y la enfermedad. Por esta razón, me interesa el impacto que puede tener la obesidad materna y el sobrepeso en la programación metabólica de los niños, es decir qué tanto de esa información obesogénica que tiene una mujer embarazada la está transmitiendo al niño y qué tanto el niño va a ser programado por esa información”, explica la especialista.
La Dra. Estrada añade que, si bien existe una predisposición genética que es la de la herencia, en programación fetal lo más importante es la parte epigenética, es decir, los mecanismos que inciden en que se exprese o se bloquee esa genética. “No porque tú naciste de una madre con obesidad, vas a padecer de obesidad, pero si tú tienes un estilo de vida que induzca un ambiente obesogénico, seguramente vas a desarrollar obesidad”, sostiene la experta.
¿Cómo partió su interés por estudiar este tema?
Mi interés partió por la prevalencia de la obesidad que hay en México. Somos el segundo país a nivel mundial con prevalencia de obesidad en adultos y el primero en niños. Otro dato es que dos terceras partes de las mujeres en edad reproductiva en México padecen sobrepeso u obesidad, lo que implica que estas mujeres se están embarazando ya con el sobrepeso, pero aparte también sus parejas tienen sobrepeso u obesidad. Así, el niño va a nacer en una familia predispuesta a este estilo de vida. (…) en el que la responsabilidad debe recaer en el trinomio madre-padre-hijo como corresponsables de la salud, no solo en la madre.
¿Cómo se ha desarrollado el estudio OBESO?
Empezamos a reclutar en 2017 mujeres que estuvieran en el primer trimestre de embarazo, por lo que hoy sus hijos en control tienen diferentes edades y nuestro objetivo es seguirlos en el mediano y largo plazo. Tenemos niños en seguimiento al año y a los dos años de vida, y ahora queremos seguirlos a los cinco y hasta los diez años. Paralelamente estudiamos a sus madres, pero no solo sus biomarcadores, sino también su calidad de vida, para saber qué relación hay por ejemplo en sus niveles de estrés -por diversas causas, biológicas o psicosociales- y el impacto en la salud de su hijo.
¿Cuál es la relevancia del exposoma perinatal?
Para entender la respuesta biológica hay que comprender al ser humano como un ser integral expuesto a diversos factores, no solo su genética. Hoy sabemos que los niveles de estrés, el sueño, la ansiedad inciden en la salud de toda persona, por tanto, afectan a los padres y a los hijos. También el lugar donde vives, estudias o trabajas, tiene ciertos factores propios como la calidad del aire, el ruido…y todo eso repercute de modo diferente en cada individuo de todo lugar y familia.
¿Cuál es la metodología de su estudio?
Evaluamos a las madres desde el primer trimestre del embarazo y las seguimos en el segundo y tercer trimestre, en el momento del nacimiento. Entonces tomamos muestras de placenta, de tejido adiposo, de sangre, orina, uñas, cabello, etcétera. Más adelante estudiamos, por ejemplo, epigenética del tipo micro RNAs en tejido adiposo. También los seguimos al mes de vida, 6 meses, 1 año y 2 años. Parte de los desafíos de este trabajo es el mantenimiento de las visitas del binomio madre-hijo, la preservación de todas las muestras en ultra-congeladores para las preguntas futuras, ya que es posible que busquemos estudiar proteínas a futuro en suero, plasmas o tejidos, por ejemplo.
¿Cuáles son tus recomendaciones para fortalecer las políticas públicas del cuidado materno y de la primera infancia, para que efectivamente estas investigaciones tengan un impacto en una mejor calidad de vida para nuestros niños?
En muchos países existen programas del tipo “Los primeros mil días”, que es el periodo del día 1 del embarazo a los dos años del niño, que se sabe que es un periodo de gran plasticidad, claro, pues en el embarazo se están formando todos los órganos, incluido el cerebro del niño, el cual se sigue desarrollando una vez que nació. Entonces sabemos que esta es una ventana de oportunidades para intervenciones. El sueño de todos los que hacemos DOHaD y programación fetal, es que a nivel gubernamental se implementen los programas. Muchos países, como por ejemplo Australia, Canadá, Estados Unidos, tienen programas DOHaD dentro de lo que es su política de salud, pero muchos otros no tenemos, como en México. Si bien esperamos incidir en la salud de las nuevas generaciones, estamos conscientes de la complejidad, porque la programación fetal tiene que ver con agua, con contaminación, comida, hábitos y muchos factores más.
De la redacción del equipo editorial de revistainvitro.cl