Deuda hospitalaria continúa en la UCI
A pesar de los esfuerzos de Hacienda, no existe evidencia de poder contenerla a través de políticas de gestión. Se pronostica que a fines de 2017 podría llegar a los $640 mil millones. Según los actores involucrados, la solución pasa por transparentar la deuda y gestionar el gasto para adecuarse a los presupuestos.
De acuerdo al pronóstico realizado por Altura Management, consultora especializada en el área de la salud, a fines de 2017 la deuda hospitalaria ascendería a la cifra histórica de $640.000 millones, poniendo en riesgo con ello al 80% de los chilenos que se atienden en el sistema de salud pública como también la sustentabilidad de la mayoría de las empresas nacionales de insumos y dispositivos médicos.
“Hay tres elementos que nos refuerzan la idea de que la deuda va a seguir creciendo”, precisa Bernardo Luque, gerente de estudios de Altura Management. “Existe evidencia que hay una acumulación de deuda del orden de los 30 mil millones de pesos mensuales y a pesar de los esfuerzos de Hacienda no hay evidencia de poder contenerla a través de políticas de gestión, porque si se revisa el presupuesto 2017 y en los presupuestos de los últimos años pasa exactamente lo mismo: hay un déficit estructural en los presupuestos y lo ha reconocido la propia subsecretaria de Redes Asistenciales, Gisela Alarcón. Segundo, porque los recursos comprometidos para pagar la deuda son menores comparado con la deuda y, tercero, porque el presupuesto aprobado involucra un tercio operacional”.
Precisa que al revisar lo que declara el presupuesto a nivel operacional (remuneraciones y gastos en bienes y servicios como únicos ítems), “es deficitario; tiene un nivel de gasto por debajo del real”. Agrega que basado en un informe de Hacienda sobre gastos y deuda del Minsal, “en 2015 el déficit operacional real en salud fue de 9.1%, es decir que lo que gastaron fue 9% más de lo que tenían de presupuesto, y eso no se refleja en el déficit final porque existen adiciones de recursos. En 2016 -sin adiciones de aporte para paliar la deuda- terminará con un déficit de 11,6%, es decir, el gasto fue 11,6% más que el presupuesto”.
La solución, según Bernardo Luque, pasa por transparentar la deuda y gestionar el gasto para adecuarse a los presupuestos.
En tanto, la subsecretaria de Redes Asistenciales ha sostenido que la deuda hospitalaria debe abordarse con soluciones innovadoras. En ese sentido, esperan contener el gasto en los recintos hospitalarios, de manera que no sobrepasen el 3% del presupuesto asignado, con especial énfasis en la gestión asociada a compras a privados y fármacos, además de brindar un abordaje sistemático que permita modificar el sistema de financiamiento de los hospitales e instalar procesos de gestión más eficientes.
Proveedores
Pese a los recursos extraordinarios entregados por Hacienda al Minsal para acortar la brecha que aún queda por pagar, lo que se adeuda continúa afectando a los diferentes actores involucrados, entre ellos a la Asociación de Proveedores de la Industria de la Salud (APIS). Su directiva -presidida por Christian Hänel- se reunió con autoridades del Ministerio de Economía para alertarlos que el Ministerio de Salud no le está dando la urgencia que requiere el enfrentamiento de la deuda hospitalaria.
“Si no pagan hoy los compromisos que el Estado tiene con los proveedores de insumos y dispositivos médicos, la deuda hospitalaria casi se triplicará en 2017, lo cual sería catastrófico porque no hay empresa nacional que resista en esas condiciones y la mayoría de ellas tendrá serios problemas financieros e incluso podría quebrar”, enfatizó el presidente de APIS, al advertir que como consecuencia de lo anterior se provocaría un profundo daño a la salud pública.
En promedio, lo que se le adeuda a la asociación gremial representa un cuarto del monto total, porcentaje que, sin duda, puede aumentar según los preocupantes pronósticos. APIS reúne a 40 empresas y sus ventas representan el 50% de lo que compra un hospital.
“Tenemos facturas pendientes del 2014 y 2015, pero también hay muchos hospitales que deben parte del 2016”, afirmó Hänel. En este caso se encuentran los hospitales San José, de Santiago; el de Coyhaique, de Quillota y Gustavo Fricke, de Valparaíso.
Frente a este preocupante escenario, “necesitamos que el Ministerio de Economía asuma el liderazgo que le corresponde y se involucre activamente en la solución”.
Mesa de trabajo
En mayo de este año APIS y el Minsal constituyeron una mesa de trabajo para abordar dos temas prioritarios: primero, la deuda hospitalaria, la forma de resolverla y manejarla entre proveedores y el Ministerio y, segundo, revisar las bases de licitación y procesos licitatorios. Sobre el primer punto, se ha avanzado en transparentar aquellos hospitales que estaban ocultando deudas. Sin embargo, los avances referidos al pago han sido escasos, en razón de que muchos hospitales siguen adeudando facturas por sobre los 180 días e -incluso- de años anteriores. Hänel comenta que se han dado algunos casos de hospitales que no han comunicado e informado en forma transparente su deuda al ministerio.
Respecto del segundo tema, APIS estima que tanto las bases como los procesos “se han definido y modelado en ausencia de nuestra opinión”. Por lo mismo, solicitan que exista una estandarización de las mismas para alcanzar una relación equilibrada entre vendedores y compradores. La idea es elaborar en forma conjunta un “Manual de Buenas Prácticas” en torno a esta materia.
“Actualmente, las condiciones de licitación y contractuales sólo regulan el incumplimiento del proveedor, la mayoría de las veces con multas excesivas o desproporcionadas. Y prácticamente en la totalidad de los documentos licitatorios y contractuales elaborados por la Administración Pública sólo se incluyen multas o sanciones para el caso de incumplimiento con la institución pública contratante, con el absurdo de que, por ejemplo, ésta incluso puede dejar de pagar y, no obstante, exigir que el proveedor siga prestando el servicio o entregando los bienes o insumos contratados, lo que es arbitrario, ilegal y en contra de toda lógica contractual”.
Para avanzar en forma concreta, la Asociación gremial ha solicitado al Ministerio de Salud que exista una conciliación de la deuda por parte de los servicios de salud pública y los acreedores. “Este es el único camino para transparentar y conocer los números reales de la deuda”. También exigen la necesidad de implementar un sistema que obligue a los servicios públicos y hospitales a aceptar las facturas electrónicas.