Hepatitis C y VIH: Combinado viral acelera progresión de daño hepático

Hepatitis C y VIH: Combinado viral acelera progresión de daño hepático

Desde junio del año pasado pacientes con Hepatitis C esperan publicación de decreto que les otorgará la cura definitiva del mal crónico que los aqueja. Preocupa incremento de contagiados con VIH en jóvenes chilenos.

“En Chile hay aproximadamente 50.000 infectados con Hepatitis C (VHC), enfermedad infecciosa de tipo viral, que gracias a un revolucionario tratamiento tiene los días contados para su cura definitiva. Sin embargo, mientras este anuncio se vuelve realidad hay un grupo de pacientes que, además de estar infectados con la VHC también son portadores del VIH. Son los coinfectados, de baja prevalencia en el contexto general, pero con factores que “aceleran la progresión del daño hepático para llegar a la cirrosis, duplicando su velocidad”, precisa el Dr. Francisco Zamora, infectólogo del Hospital Barros Luco y la Posta Central.

“De los monoinfectados con Hepatitis C solo el 20% se cura espontáneamente, en el otro 80% se transforma en una enfermedad crónica. Significa que durante toda la vida tienen una inflamación hepática, que es imperceptible, el paciente no lo nota, prácticamente no tiene síntomas, solamente destaca un pequeño aumento de las transaminasas, que son las enzimas hepáticas”, advierte el Dr. Zamora. “El virus se demora 20 años en promedio en transformar al hígado en cirrótico. Se calcula que a mitad de los crónicos deriva a una cirrosis hepática, y el 20% de ellos a una cirrosis terminal o un hepatocarcinoma, el cáncer que se produce por la infección crónica de la Hepatitis C”, agrega.

Coinfectados

En el caso de los coinfectados con VIH y HVC, “estos demoran la mitad del tiempo en llegar a la cirrosis. Se estima que en 10 años el paciente coinfectado llega a una cirrosis y a un estado terminal”, subraya el especialista.

Según el infectólogo, la prevalencia de ambas enfermedades “depende del país. A nivel mundial, hay países donde muchas personas con VIH se infectaron por drogadicción intravenosa, a través de las jeringuillas, en un porcentaje cercano al 80%. En Chile, como no llegó ese tipo de drogadicción, básicamente las personas con Hepatitis C, se contagiaron en primer lugar a través de transfusiones sanguíneas”, explica

En Chile la masa de infectados con Hepatitis C se contagió antes del año 96 cuando sufrieron alguna transfusión. Por lo tanto, el porcentaje de la población que tiene más riesgo de tener Hepatitis C tiene entre 45 y 65 años de edad. Esto, porque el virus se descubrió el 89 o 90 y hasta que los países se pusieron de acuerdo -el 96- cuando todo el mundo comenzó a hacer el screening del banco de sangre para la Hepatitis C.

Los coinfectados con VIH y VHC son un fenómeno nuevo. “En Europa se ha visto una asociación, que tiene muchos estudios, en que pacientes hombres que tienen sexo con hombres tienen más riesgo de contagiarse con Hepatitis C por uso de drogas psicoestimulantes”, señala el Dr. Zamora, quien además advierte sobre “un tipo de droga muy utilizada por la población homosexual, el Popper, una droga que es muy popular y ellos la utilizan como vaso dilatación o relajación de la musculatura lisa, para poder practicar sexo. El virus tiene la capacidad de permanecer en el frasquito durante días y semanas, a una temperatura más o menos estándar. Entonces, si ellos se introducen el frasquito en la nariz y lo comparten se infecta mucosa a mucosa. Esa también es una causa identificada”.

Dr. Francisco Zamora, infectólogo.

Tratamiento

Si un paciente está coinfectado con ambos virus y “no recibe tratamiento la progresión a cirrosis hepática es de 10 años. Si estos pacientes, mientras esperan por un tratamiento para erradicar la Hepatitis C, son tratados con las drogas correctas para tratar el VIH, que no sean hepatotóxicas, al paciente se le controla el virus del VIH y con ello retrasa la progresión a cirrosis. En estos casos es muy importante elegir el esquema que se busca”, asegura el infectólogo.

En este tratamiento “lo importante es utilizar los antirretrovirales adecuados a este tipo de paciente. Generalmente hay unos que tratamos de no utilizar y que están en el arsenal terapéutico”, precisa el especialista.

Para conseguir los resultados esperados “es fundamental que el paciente se mantenga con cargas virales del VIH indetectables, porque eso retrasa la cirrosis, y más cuando hoy estamos viviendo una gran revolución en el mundo porque desde hace un par de años la Hepatitis C ya tiene un tratamiento definitivo. Es la única infección viral crónica que tiene cura en la actualidad. Sin embargo, en Chile estamos muy atrasados respecto de este tema”, asegura el Dr. Zamora.

Este revolucionario tratamiento contra la Hepatitis C es muy bien tolerado con prácticamente ningún efecto secundario. Es muy corto y tiene una efectividad del 95% al 98%.

El tratamiento de la Hepatitis C es muy similar conceptualmente al del VIH, o sea no es solamente una droga, tiene que ser “una combinación de dos o más drogas, que actúen en distintos sitios del virus para lograr eliminarlo. Un solo fármaco no lo logra, sí existen combinaciones de dos fármacos que son efectivos para eliminar el virus que se puede coformular en una sola pastilla. En los coinfectados reciben el TAR (tratamiento antirretroviral) y el tratamiento para la Hepatitis C. El TAR es crónico para toda la vida y el de la Hepatitis C son solo de 8 semanas, 12 semanas o 24 semanas.

Larga espera

Como miembro de la Comisión Asesora del Ministerio de Salud en esta patología, el Dr. Zamora señala que “tenemos la promesa a nivel ministerial de que el tratamiento de la Hepatitis C será incorporado al GES, lo que pasa es que se ha atrasado. Las autoridades habían prometido que comenzaría el 1 de enero y de momento sigue estancado en la burocracia. En este tema vimos el capítulo de la guía y varios trabajos. Dicen que ya están los estudios, solo falta que vaya en el conjunto de paquetes, en las canastas donde también están el VIH y la Esclerosis Múltiple. Lo nuestro de la Hepatitis C ya está resuelto, pero faltan los ajustes en las demás canastas para poder afrontar el presupuesto”.

El tratamiento hace dos años “costaba aproximadamente 32 millones de pesos. El ministerio negoció con la industria y en promedio ha bajado bastante el precio, estamos hablando de un monto aproximado a los 6 millones de pesos”, precisa el Dr. Zamora y también destaca “la fácil administración y los escasos efectos secundarios de un tratamiento, que apunta a la erradicación total de la Hepatitis C, según la Organización Mundial de la Salud”.

Una vez incorporado el tratamiento al GES, el ministerio “va a ir tratando a los pacientes por etapas. Primero a los cirróticos más graves, después a los con fibrosis hepática avanzada. La tercera etapa favorecerá a pacientes con algo de fibrosis y en la última etapa a todos los pacientes, tengan o no tengan fibrosis. Tendrán prioridad los coinfectados con VIH y se van a tratar algunas infecciones con Insuficiencia Renal”, explica el infectólogo.

El Dr. Zamora reconoce que “tengo que ver para creer, porque estamos desde julio del año pasado con esta promesa y siempre es inminente. En este momento no hay ninguna respuesta que asegure realmente que esto va a ser así, por eso hay que presionar un poquito”.

Incremento

Si bien la Hepatitis C tiene muy buen pronóstico, no pasa lo mismo con el VIH, que “en los últimos cinco años ha aumentado un 125% el contagio en los jóvenes. Creemos que el tema del VIH es como una radiografía del comportamiento de nuestra población. Estamos recibiendo pacientes con VIH, que saben que tienen el virus y llegan con infecciones de transmisión sexual, con Hepatitis B, Sífilis y todos los tipos de infección. Aquí en la Posta Central, donde se atiende a población vulnerable, todas las semanas nos llegan por lo menos dos pacientes muy graves con VIH, que no sabían que tenían el virus. Se les diagnostica cuando ya están en etapa de cirrosis. Muchos son pacientes, entre 20 y 30 años, que perteneciendo a una población de riesgo no se han hecho un examen preventivo durante años. Llegan muy inmunodeprimidos, con unas defensas bajísimas, lesiones cerebrales e infecciones pulmonares de todo tipo”, cuenta el Dr. Zamora.

 

 

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