Dr. Sebastián Ugarte: aprendizajes y desafíos de una pandemia a un año de la llegada del COVID-19 en Chile

Dr. Sebastián Ugarte: aprendizajes y desafíos de una pandemia a un año de la llegada del COVID-19 en Chile

El plan de vacunación en Chile ha alcanzado un nivel de éxito reconocido internacionalmente, no obstante persisten desafíos que destaca el Dr. Sebastián Ugarte, asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para la pandemia Covid-19: “aplicar medidas más drásticas para intentar disminuir la velocidad de los contagios y reforzar la educación e información de la población para privilegiar aquellas actividades realmente indispensables”. El experto destacó la experiencia de Nueva Zelanda, China, Israel y Senegal, y su estrategia para detener el avance de esta despiadada pandemia.

Por Andrea Riquelme, periodista Revista In Vitro

A un año de la llegada del SARS-CoV-2 a Chile, causante de la enfermedad Covid-19, y alcanzando cifras que superan las 27 mil vidas cobradas en el país, encaramos nuevos desafíos mientras se agiliza el plan de vacunación nacional y se espera alcanzar la ansiada inmunidad de rebaño, una vez que el 80% de la población esté vacunada.

En su momento In Vitro entrevistó a dos fuentes que se convirtieron en autoridades icónicas en el manejo de la pandemia en nuestro país: el Dr. Enrique Paris, hoy Ministro de Salud, y el Dr. Sebastián Ugarte, asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para la pandemia Covid-19, miembro del Comité de Epidemias de la Sociedad Chilena de Medicina Crítica y Urgencias, Jefe del Centro de Pacientes Críticos de Clínica Indisa, Past Presidente de la Federación Panamericana e Ibérica de Medicina Crítica y Terapia Intensiva (FEPIMCTI) y Director del Programa de Postgrado de Medicina de la Universidad Andrés Bello. En esta ocasión y dada la activa agenda país, solo hemos podido contactar al doctor Ugarte para hacer un oportuno balance de los aprendizajes obtenidos y los obstáculos que enfrentamos en los próximos meses.

En su opinión, ¿cuáles son las principales conclusiones tras este primer año de pandemia?

Creo que se han adquirido importantes experiencias y conocimientos, como por ejemplo aprendimos que el período de mayor contagiosidad del virus es en los días inmediatamente antes y después de que aparezcan los síntomas, lo que posibilita que pacientes aún sin ningún síntoma pueden ser propagadores de la enfermedad. Aprendimos además que el contagio por pequeñas gotitas en sitios cerrados y concurridos es un importante mecanismo de transmisión, y que por eso no basta con lavarse las manos, usar mascarilla y mantener distancia física. Del mismo modo aprendimos que algunas de las medidas de prevención como la limpieza obsesiva de los alimentos, zapatos, ropa u objetos (“fómites”) parecen ser menos importantes en la propagación de la enfermedad.

En cuidados intensivos aprendimos que buena parte de los daños de esta enfermedad no son producidos por el virus en sí mismo, sino por la respuesta inflamatoria o protrombótica del propio paciente, que ocurre aún después de haber eliminado el virus, además que una serie de medidas menos invasivas como el decúbito prono con pacientes despiertos o el uso de oxigenoterapia de alto flujo logran reducir las complicaciones de una ventilación mecánica prolongada y demasiado precoz. Esto por citar solo algunos de los múltiples aprendizajes que hemos tenido durante este año.

A su parecer, ¿cuáles países han liderado la estrategia internacional y cuáles son sus criterios y ventajas?

Algunos países se han destacado en la lucha contra esta pandemia a nivel internacional. Permítanme destacar cuatro, comenzando con el ejemplo de Nueva Zelanda, país que aplicó una estrategia de “supresión” del brote (no de contención). Esto, en la práctica, significó que aplicaron una cuarentena muy estricta por 7 semanas el 27 de marzo, al inicio de la epidemia, lo que logró que a principios de mayo se aislara el último caso conocido de COVID-19. Así la pandemia había terminado, 103 días después del primer caso. Otro país es Israel, que tiene la tasa de vacunación más alta del mundo, con más del 50% de su población que ya ha recibido al menos una dosis.

También un caso destacable ha sido China que aplicó una masiva y estricta cuarentena, junto a una rápida respuesta médica, que logró contener la pandemia en la provincia de Hubei y en la ciudad de Wuhan, sin que se extendiera por el territorio continental y que permitió que el gigante asiático retomara una actividad prácticamente normal a pesar de que aún tiene un porcentaje bajo de su población vacunada. En África también han existido experiencias exitosas, por ejemplo, Senegal, que tiene una población similar a la de Chile, con 16 millones de personas, solo había registrado hasta marzo 36.039 casos positivos y poco más de 930 muertes. Su estrategia para contener el virus se ha adaptado y muchos pacientes con síntomas leves ahora son tratados en casa, con personal médico monitoreando su estado de forma remota desde el hospital y entregando medicamentos, demostrando que también se puede tener buenos resultados en países con bajos ingresos.

¿Cuáles son los desafíos que enfrentamos este trimestre 2021 en Chile?

Este trimestre del 2021 en Chile enfrenta un doble desafío: por una parte, consolidar un proceso de vacunación masiva y tratar de alcanzar antes de julio al 70% de la población objetivo para así conseguir la “inmunidad de rebaño”; y por otra, aumentar su capacidad de camas críticas, su testeo, trazabilidad, aislamiento, la información y educación de la población para evitar un intenso rebrote que podría ocurrir en esta temporada de otoño invierno, superando incluso lo ocurrido en el peor momento del año pasado.

¿Cuál es su opinión y expectativas con respecto al plan de vacunación en Chile?

El plan de vacunación en Chile ha alcanzado un nivel de éxito reconocido internacionalmente, llegando ya, hoy a 4 millones de personas vacunadas con una dosis y más de 345 mil con 2 dosis. Esto es producto de dos cosas: la larga trayectoria del plan nacional de inmunizaciones de nuestro país, con una cobertura a lo largo de todo el territorio y que se considera una política de Estado de décadas; y además, a las gestiones realizadas por la autoridad sanitaria para asegurar cantidades importantes de dosis de vacuna en el momento preciso. Esto ha permitido que Chile, siendo un país pequeño en el concierto internacional, figure en este campo entre los primeros lugares del mundo en cuanto a inmunizaciones por millón de habitantes.

¿Qué debemos esperar respecto de esta pandemia y la conjunción con la campaña sanitaria de invierno? 

El escenario para la temporada de otoño-invierno se prevé como positivamente preocupante, porque con la llegada de esta temporada cambian las conductas de la población (permaneciendo más tiempo en lugares cerrados, con menor ventilación y disminuyendo las actividades al aire libre, que son más seguras). Todo esto facilita los contagios. Por esto, es importante también que toda la población susceptible se vacune además contra la Influenza, para evitar que existan brotes de esta enfermedad, o que algunas personas puedan ver su condición agravada por una eventual coexistencia de más de una enfermedad viral.

¿Existen antecedentes de los segmentos etarios más expuestos para los siguientes meses?

Si bien se ha difundido el concepto que esta es una enfermedad que afecta a los adultos mayores, se olvida que la mayor parte de los casos nuevos ocurren en edades más jóvenes. Por ejemplo, en mujeres en nuestro país, se concentra la mayor cantidad de casos entre 25 y 29 años.

¿Cuál será el efecto de la vacunación? Si observamos lo ocurrido en Israel, una vez que se ha conseguido vacunar a más de un 30% de la población (privilegiando a los adultos mayores) no disminuyen necesariamente los casos nuevos, ni siquiera disminuyen los casos graves que requieren hospitalización, pero sí se verifica una disminución de la edad de los pacientes que ahora se hospitalizan. Es decir, los pacientes que necesitan una cama de UCI son ahora adultos jóvenes, que no están todavía inmunizados y que, por desgracia, no siempre tienen igual percepción del riesgo. Debemos reconocer en ese sentido que los adultos mayores se han cuidado más, pero las personas en edad activa tienen mayor exposición y, a la vez, menos conciencia del peligro que enfrentarían, en caso de enfermar.

¿Qué precauciones ya está tomando la red hospitalaria frente a un nuevo brote y cuáles serían sus características esta vez?

Las diferentes instituciones públicas y privadas están aumentando sus camas críticas en forma acelerada durante el mes de marzo. El Ministerio de Salud emitió un decreto que pide aumentar al 75% de las camas críticas que se tuvieron en el peor momento de la pandemia del año 2020, para comienzos de marzo, al 85% para el día 8 de marzo, al 95% para el 15 de marzo y al 100% para el 22 de marzoEsto ya es un enorme desafío, porque existe un gran ausentismo del personal de salud del orden de un 25 al 30%, por enfermedades y síndrome de burnout por la prolongada tensión generada por la pandemia. Ahora, aquellas unidades que hicieron el mayor esfuerzo están obligadas a repetir lo mismo que ya hicieron el año pasado, todo esto es un escenario especialmente complejo. Pero este es el esfuerzo que se le está pidiendo a instituciones públicas y privadas.

¿Cuál es su mensaje a las autoridades de la salud y a la comunidad en general?

Si analizamos las cifras de casos nuevos y de ocupación de camas críticas, hoy tenemos los peores números de toda la pandemia, incluyendo los peores momentos del año 2020. Y todavía falta la llegada del otoño – invierno, que ocasiona una mayor concentración de personas en sitios cerrados y menos actividades al aire libre, con menos ventilación de las viviendas y lugares de trabajo. Por todo lo anterior, es el momento de aplicar las medidas más drásticas para intentar disminuir la velocidad de los contagios, y también reforzar la educación e información de la población, con mensajes directos y sencillos invitando a quedarse en casa y solo realizar las actividades realmente indispensables.

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Chile vive un repunte de casos similar al de junio y julio pasado, los peores momentos del Covid-19 en el país. Este escenario es percibido como una señal de alerta para el resto de América Latina, no solo porque el país ha sido uno de los que más pruebas ha realizado desde que comenzó la pandemia, sino también porque se encuentra en la vanguardia de la campaña de vacunación contra el coronavirus en la región. Según el catastro de vacunas que realiza la Universidad de Oxford (Inglaterra), Chile se ubicaba en el quinto lugar mundial en dosis administradas por cada 100 habitantes, solo superado por Israel, Emiratos Árabes, Reino Unido y Estados Unidos.

De acuerdo a datos del Ministerio de Salud de Chile, hasta el lunes se habían vacunado más de 4 millones de personas (de un total de 19 millones), varias veces más que otros países de la región con una mayor población, como México, Brasil o Argentina. Sin embargo, expertos consideran que el propio éxito de la campaña de vacunación puede ser una de las causas detrás del actual rebrote, dado que muchas personas se confiaron por el inicio de las inmunizaciones. Por esta razón, las autoridades sanitarias insisten en extremar las medidas de autocuidado y no bajar la alerta confiados en miradas focales y sin una estrategia panorámica global de esta enfermedad.

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De la redacción del equipo editorial de revistainvitro.cl

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