¿Vida saludable versus una rutina atareada? Una meta alcanzable

¿Vida saludable versus una rutina atareada? Una meta alcanzable

Compatibilizar la atareada rutina que nos impone día a día las múltiples tareas que debemos realizar, con una vida sana donde podamos equilibrar alimentación balanceada y la práctica de ejercicios efectiva es un desafío del que depende nuestra calidad de vida.

Por Revista In vitro

No está mal tener una rutina ocupada, pero está comprobado que el sedentarismo es una de las causas de la epidemia de obesidad y sobrepeso que aqueja a 2.200 millones de personas en el mundo según cifras de la OMS. Es que en términos reales, el consumo de una alimentación sana es uno de los aspectos fundamentales del bienestar de nuestro organismo. En la medida que logremos un balance entre las cantidades que consumimos, los nutrientes que incorporemos y una rutina semanal de ejercicio, siempre estaremos en forma.

Pero con las obligaciones de la vida diaria se hace difícil seguir una rutina de ejercicios, o bien poder realizar una actividad que nos demande un esfuerzo. Sin dudas no hacer una actividad en forma constante es una ventana a problemas de salud.

La Organización Mundial de la Salud ha entregado cifras alarmantes y es tajante en advertir sobre las consecuencias del aumento desmedido de peso, entre ellas problemas cardíacos, vasculares, articulaciones e incluso riesgo de muerte.

La mayoría de los expertos recomiendan una serie de pasos o tips que podemos llevar adelante para lograr mantenernos en forma, indistintamente de lo ocupado que estemos. En la práctica, mientras más saludables estemos, mejor podremos encarar la rutina, con más energía y predisposición. Veamos qué podemos hacer para no caer en los problemas que acarrea el sedentarismo:

1. – Caminar lo más posible: muchas veces tenemos la opción de , ¿tomar el ascensor o usar las escaleras, ir al negocio que queda a algunas cuadras o usar el auto? Y así una infinidad de ejemplos de momentos en los que podemos elegir hacer algo más saludable. Siempre será mejor caminar, de esa forma estaremos fortaleciendo nuestra espalda y núcleo, captaremos sol que es indispensable para obtener vitamina D y hasta bajaremos de peso.

2. – Planear nuestras comidas: una forma de evitar las tentaciones a la hora de visitar el supermercado es no hacerlo cuándo se tiene hambre. Es que si vamos en esos momentos probablemente compraremos productos que NO necesitamos. Es esencial ir con una lista y no salirse de ella. Planificar, mirando los porcentajes de la dieta diaria de productos como sodio, grasas y azúcares es una buena forma de no consumir de más y puede hacer la diferencia.

3. – Optar por lo sano: ¿no tenemos tiempo de cocinar y llegó la noche? No hay problema, eso no significa que tengamos que pedir comida rápida como una pizza o hamburguesa, existen diversas opciones de comida saludable, para tener en esos casos. Es que productos como una ensalada o el famoso poke bowl pueden alimentarnos mucho mejor que la famosa “comida chatarra”. Eso no quiere decir que no podamos pedirlos, pero

como excepción, sin embargo nuestra dieta debería consistir mayormente de productos como vegetales, legumbres, frutas y pescados.

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