Cirugía bariátrica: riesgos y expectativas

Cirugía bariátrica: riesgos y expectativas
  • La cirugía bariátrica, ya sea mangas o bypass gástrico, ha aumentado significativamente en los últimos años; pese a ello, los especialistas detectan una importante caída en el control a largo plazo y la adopción efectiva de hábitos de vida saludable. Cerca de un 70% de los pacientes sometidos a esta intervención, se mantienen con sobrepeso a los 5 y 10 años.

Por Andrea Riquelme, periodista Revista In Vitro

Tras varios años de consolidarse en Chile la tendencia de la cirugía bariátrica, ya sea mangas/gastrectomía subtotal vertical o bypass gástrico, los especialistas señalan que aún existen desafíos por resolver en cuanto a la educación del paciente obesos y la necesidad de modificar sus hábitos de vida, de modo que este tipo de cirugía sea exitosa en el largo plazo.

Para el Dr. Alberto Pérez Castilla, miembro de la Agrupación de Médicos de Clínica INDISA (AMCI) y director del Centro de Nutrición y Cirugía Metabólica de la misma organización, solo un 5% de los pacientes sometidos a cirugía bariátrica se controla a los 5 años. El especialista advierte que los pacientes deben conocer cuáles son los riesgos y las expectativas reales de esta intervención, tomando consciencia de los cambios necesarios en el largo plazo y el control periódico en manos de un equipo interdisciplinario.

La cirugía bariátrica consiste en una intervención quirúrgica del estómago del paciente obeso; es decir, con un Índice de Masa Corporal (IMC) sobre 30, aunque también existen casos entre 27 y 29, que, combinando otros factores de alto riesgo, también califican para esta cirugía. “El criterio que se aplica siempre, es que la obesidad represente un riesgo mayor para la vida del paciente, lo que amerita una urgente medida reparativa, no solo para mejorar su calidad de vida y expectativas de vida, sino también para mejorar su respuesta a otros aspectos colaterales asociados a la obesidad“. En INDISA, la cirugía bariátrica ha crecido a un ritmo del 30% anual en los últimos años, registrando su récord en 2021.

El bypass gástrico consiste en seccionar el estómago y unirlo al intestino distal, dejando un largo de 120 a 150 centímetros sin absorción. Asegura una baja de peso por la restricción y mala absorción de alimentos. En cambio, las mangas o gastrectomía subtotal vertical consiste en una sección vertical del estómago que reduce su contenido, de manera que el paciente pueda alimentarse con pocas cantidades sin alterar el tránsito intestinal. La mayoría de los pacientes recuperan su peso ideal con esta intervención. Ambos procedimientos son mínimamente invasivos y se realizan por laparoscopía, con anestesia general y muy pocas cicatrices.

Según el Dr. Pérez-Castilla, la cirugía bariátrica supone ciertos riesgos. En el corto plazo, existen riesgos de complicaciones quirúrgicas y el desarrollo de fístulas y apertura de secciones en mangas o bypass, las que representan entre un 1 y 3%.  Asimismo, existe el riesgo de sangrado o hemorragia digestiva del 1% y otras complicaciones como trombosis, que bordean entre 0.1 y 0.5%, aunque esta tasa va en disminución, ya que todo paciente operado queda con indicación de anticoagulantes. En el mediano y largo plazo, existen complicaciones tardías como la torsión de la manga, obstrucciones intestinales a los 4 o 5 meses tras la cirugía, y ciertos déficits alimentarios por problemas de absorción de algunos nutrientes. “En nuestra clínica, todo paciente bariátrico es controlado de forma frecuente en los primeros 4 meses y quedan suplementados nutricionalmente desde la primera consulta. Posteriormente se incorporan calcio y otras vitaminas, aunque muchos pacientes descontinúan su seguimiento y solo vuelven al presentar algún tipo de complicación”, añade el cirujano AMCI.

En términos generales, el especialista comenta que, del total de pacientes, un 5% se mantiene en control a los 4 o 5 años, mientras que el 70% queda con sobrepeso entre los 5 y 10 años, lo que amerita una mayor responsabilidad en la adopción de nuevos hábitos que permitan balancear ingestas calóricas versus actividad física y cambios metabólicos u hormonales, aspectos que varían entre un paciente y otro.

Para el Dr. Eugenio Rivas Zapata, cirujano bariátrico y también médico AMCI, “esta cirugía permite mejorar el estado de salud a través de la baja de peso y así contribuir a un mejor manejo del síndrome metabólico. Cada día incorporamos nuevas tecnologías y avanzamos en la práctica clínica, alcanzando mejores resultados. Indudablemente, es significativamente importante el control de los pacientes en el mediano y largo plazo, de modo de intervenir a tiempo”.

Por su parte, Cristina Alcayaga, psicóloga y experta en conducta alimentaria del Centro de Nutrición y Cirugía Metabólica INDISA, destaca que hace 11 años que se trabaja bajo la estrategia de equipo multidisciplinario, incluyendo cirujano, psiquiatra, psicólogo especialista en salud mental, nutriólogo, nutricionista y diabetólogo, fisiatra y kinesiólogo. “Es determinante en el resultado el trabajo mancomunado en los ejes de actividad física, estado emocional y alimentación. Hay que ver todas las aristas para tratar esta enfermedad y además integrar a su grupo familiar de modo que se detengan oportunamente conductas dañinas en el hogar, especialmente en aquellos donde hay niños. Siempre consideramos además criterios de rechazo y patologías asociadas, procurando un acucioso seguimiento y vigilancia en cada paso previo y posterior a la cirugía y los cambios que ésta conlleva”.

Por último, César Vergara, nutricionista y magíster en nutrición del mismo Centro, explica que en la evaluación pre-operatoria los principales objetivos son educar y preparar al paciente sobre los cambios de hábitos alimentarios que deben implementar a corto, mediano y largo plazo; procurar una pérdida de peso pre-operatoria, definir y ajustar las expectativas del paciente en relación con la baja de peso e ingesta alimentaria postoperatoria. “Buscamos proveer una adecuada ingesta de nutrientes, en especial de proteínas. En el post operatorio, favorecer la cicatrización en el postoperatorio inmediato, lograr una adecuada hidratación, minimizar la pérdida de masa muscular, optimizar la pérdida de peso a corto y a largo plazo, contribuir a una adecuada progresión alimentaria y modificar hábitos alimentarios en el tiempo”.

Para el especialista, en todo este proceso, la clave está en considerar todos los aspectos que involucra la obesidad, para poder dar una respuesta a las necesidades de los pacientes durante el tratamiento. En cuanto a las enfermedades, asegura que un gran porcentaje se corrige desde el tercer mes.

Las indicaciones de la cirugía bariátrica han ido evolucionando, uno de los avances más notorio que ha surgido en los últimos años es el cambio de concepto de cirugía bariátrica por el de “cirugía metabólica”, dado que la evidencia demuestra una alta efectividad en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo2 (DM2) asociado a obesidad mórbida.

De la redacción del equipo editorial de revistainvitro.cl

Categorías: Perspectiva